IV


Confundí la luna con un queso y la bajé para que mi gato le invité una tajada a su amigo el ratón y como el pobrecito tenía tanta hambre, todititita la devoró.
¡Qué dolores en el estómago sintió¡ y mi gato atormentado de mi sueño me despertó.

Enero 2010

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