Entradas

Mostrando entradas de 2013

Imagen
  Bastaría un instante sin vuelta atrás

Juana, Pedro y el pan-beso de cada día

Imagen
A Juana le faltan dientes y aunque está de moda ser hermosa con dentadura completa o artificial no le importa mostrar sus oscuras encías  con dos grandes caninos que cuando sonríe parecen brillar tiene treinta y cinco años aunque parece más lo dice su rostro cobrizo agrietado de tanto andar Juana ama a Pedro y él la ama también. Cuando se miran lo que menos  importa son los dientes sus ojos solo hablan de amor Pasada la medianoche cuando el bullicio empiece a cesar habrán terminado de hurgar cilindros y montones de basura es hora de regresar Un empinado pasadizo del cerro San Cosme los espera para ellos nos hay cepillos ni pasta dental, pero es seguro que haciendo el amor se amaran y así cada noche volverán a empezar la rutina para ganarse el pan de cada día la sopa de cada día el beso de cada día Juana no lo sabe todavía pero en su vientre hay más vida cada día
Imagen
 Dolores Veintimilla, conocida como la Safo ecuatoriana, nació en 1829 y murió en 1857, a los 27 años, perteneciente a una  familia aristocrática. Fue  testigo del fusilamiento de   Tiburcio Lucero, un indígena  acusado de asesinar  a su padre, que no tuvo derecho a  juicio. Su sensibilidad  creativa y social la llevó a escribir  el poema Necrología en el que pedía que se aboliera la pena de muerte en el Ecuador lo cual le significó un gran vacío social,  por lo que cayó en una depresión y terminó en el suicidio. Para ella que encarna a todas las Dolores incomprendidas en su época.   Mi nombre es Dolores Yo soy  Dolores Veintimilla  no pertenezco al mundo de los vivos. hace mucho que partí. Fue el  año 1857 cuando a mis oídos llegó  la noticia y el rumbo mi vida cambió: Al indio Tiburcio Lucero llevarían a la horca asesino es de su padre, decían de él se sabía que era bueno y tranquilo y de nada le sirvió.   No hubo justicia ni compasión ni un día es

Cuando llegaron los maravillosos 50

Imagen
Hoy amaneció y al fin descubrí que tenía 50 años. Cogí mis lápices de colores, unas hojas y me puse a colorear...